domingo, 12 de junio de 2011

Seguirían los "bailes" para los soldados de nuestro ejercito

Acusan al Ejército de ‘bailar’ a un soldado: terminó internado
Lo denunciaron los padres. Lo obligaron a repetir ejercicios y se descompuso. Después orinó sangre. Fue internado y le exigieron que firme la baja.
Un soldado voluntario del Regimiento de Infantería 25 (RIM 25) de Sarmiento debió ser hospitalizado con fuertes dolores abdominales tras haber sido supuestamente “bailado” durante un entrenamiento en ese destacamento del Ejército Argentino. La denuncia la realizaron los padres, residentes en Rawson y que ayer lo fueron a buscar vía terrestre a Comodoro Rivadavia ya que el joven, de 22 años, se encontraba internado en el Hospital Regional de esa ciudad.

Se trata de Claudio Villalba, un joven oriundo de Rawson que había ingresado al RIM 25 el pasado 21 de mayo. El próximo 20 de junio iba a jurar la bandera y quedar definitivamente afectado al regimiento tras cumplir con la instrucción previa. Pero, según contaron los padres a Jornada, días pasados Claudio realizaba un ejercicio junto a otros compañeros. “Pero como no le salía bien, se lo hicieron repetir varias veces hasta que el chico sufrió un fuerte dolor abdominal”, contó María Bordón mamá del soldado. Pocas horas después, Claudio Villalba comenzó a orinar sangre por lo cual los superiores hicieron que se le realicen las primeras curaciones en el regimiento. Pero después fue trasladado al Hospital de Comodoro Rivadavia.

Según los médicos que lo atendieron, el joven sufrió dos hernias. Y en principio debía ser intervenido quirúrgicamente de un testículo. Mientras estaba internado en el hospital, y siempre de acuerdo a lo narrado por los padres a este diario, llegaron oficiales del Regimiento de Infantería 25 de Sarmiento y le hicieron firmar la baja. “Si no la firmaba le dijeron que lo echaban”, dijo a Jornada Martín Villalba, el padre.

El soldado voluntario tenía desde chico una cicatriz en su estómago producto de una operación. Pero superó todos los exámenes médicos en el regimiento y comenzó con los entrenamientos de rigor para poder ingresar en forma definitiva.

Hasta que llegó el lunes y el excesivo entrenamiento le habría producido un serio problema de salud del que hasta ayer no había podido recuperarse. “Primero vamos a buscarlo y tratar de saber cómo está. Ahora estamos desesperados. Pero una vez que sepamos lo que tiene haremos la denuncia donde corresponde”, dijeron los padres antes de partir hacia el sur de la provincia.

Todo era incertidumbre en le matrimonio Villalba ayer antes de partir hacia el sur. Además, hacía algunas horas que habían perdido todo contacto con el joven. “Igual sabemos que está internado”, finalizaron. Fuente : Diario Jornada
LAS PRÁCTICAS HAN CAMBIADO MUY POCO PESE A CASI 30 AÑOS DEL MODELO DEMOCRÁCTICO
El siguiente es un relato de un ex soldado clase 63 :

RELATO :

El 1ro de febrero de 1982 fui incorporado el el Regimiento de Infantería Nº 8 Gral O”Higgins en la Ciudad de Comodoro Rivadavia Pcia del Chubut, mi lugar de residencia era la Ciudad de Pto. Madryn. Me asignaron a la Companía Comando. A mediados de febrero nos trasladaron al campo, lo que llamaban VIVAC para realizar la instrucción durante un mes. Dormíamos en carpas de a dos, nos levantábamos a las seis de la mañana y comenzaba el “baile” carrera march, cuerpo a tierra, salto de rana, arrastrarse, de pie, firme, rodilla a tierra, cambio… y así hasta que paraban y desayunábamos. Luego comenzaba la instrucción de guerra. Aprendimos a patrullar, escondernos, cargar el fal, tirar con el fusil, ametralladora y pistola, armar y desarmar con los ojos vendados y con las manos atrás. Arrastrarnos por por zonas pantanosas y con alambres de púas, a escalar cerros y bajar con cuerdas y el equipo de combate, a orientarnos con la brújula y patrullar de noche para no perdernos. Nos decían que teníamos que aprender muy bien porque nosotros iríamos a la guerra, pero no nos decía que pelearíamos con los ingleses. Recuerdo que nos hacían subir unas lomadas en donde había unos muñecos de trapo, corríamos a bayoneta calada gritando “muerte al chileno” desaforadamente y teníamos que clavar la bayoneta. También hacíamos práctica de tiro en el polígono. Sufríamos castigos permanentemente, comiámos muy poco y nos daban media caramañola de agua por día para tomar y lavar los utensillos del rancho. Éramos golpeados, según ellos tenían que endurecernos y prepararnos para el dolor, yo recuerdo que al menos en dos oportunidades me desmayé por haber recibido golpes de puño en los riñones cuando estaba formado firme y por detrás venía un suboficial y uno no sabía cuando venía el golpe. También fui estaqueado una noche, al igual que otros compañeros. Era habitual que al menor error se te separara del grupo y en fila uno por uno tus propios compañeros fueran obligados a pegarte una patada en los glúteos y tenía que ser muy fuerte porque si no era así luego era pateado él. Durante ese período de instrucción todos perdimos muchos kilos de peso, yo 17. Recuerdo haber rodado de un cerro cuando escalábamos con el equipo de combate preparándonos para una competencia que se iba a realizar con todos los regimientos de la zona. No fui atendido y seguí esforzándome pero día a día el dolor en la pierna se hacía más fuerte y rengueaba mucho, prácticamente no podía caminar pero seguía para no sufrir ni yo ni el grupo, castigos corporales o de exigencia física.
Unos días antes del 2 de abril yo fui internado en el Hospital Militar de Km. 8 por el fuerte dolor que sentía en el glúteo derecho, mucho no me decían los médicos, solo que era una severa lumbalgia. Mis compañeros creo que marcharon a Malvinas para el día 8 de abril más o menos. Luego fui derivado al Hospital Regional de Comodoro Rivadavia y ví llegar los primeros herídos, incluso compartí la habitación con un herido de ráfaga de ametralladora, él era clase 62. Cuando me dieron el alta volví al Regimiento 8 y pasé a ser soldado de la compañía servicios. Cuidaba y aseaba la cuadra y hacía guardias armado con el fal cargado de municiones. Estábamos en guerra y nos regía el reglamento de guerra. A orillas del regimiento habían unos pozos de zorro y también unos montículos que servían de trincheras, las guardias eran nocturnas y teníamos orden de disparar si se acercaba alguien y no respondía al santo y seña. En Comodoro se hicieron oscurecimientos, apagando todas las luces, se esperaba según nos decían un ataque al territorio. Al Regimiento llegaban las cartas y abrigos para los compañeros que estaban en Malvinas, cuando se podía las cargábamos al camión para que las llevaran por avión según nos decían.   Durante el período de guerra también trabajaba en el taller de electrónica aprendiendo comunicaciones, tendíamos cables y reparábamos teléfonos, al terminar el conflicto pasé a desempeñarme como radio operador de una central telefónica SIEMENS. Creo que a fines de abril o principios de mayo comenzaron a llegar tropas de otros lugares que acamparon en el Regimiento nuestro, creo recordar que un grupo era de paracaidistas, pero no nos permitían hablar con ellos, en realidad no sabíamos mucho de lo que estaba pasando, solo que estábamos en guerra. Recuerdo cuando llegaron mis compañeros de Malvinas; parecían las imágenes de los campos de concentración nazi, en fila , semidesnudos, esperando control médico, muy delgados, cadavéricos. Ellos salieron de baja muy pronto. Yo me quedé luego de la guerra haciendo guardia y atendiendo la central telefónica hasta el 19 de abril de 1983 que me dieron licencia hasta la baja.

sábado, 11 de junio de 2011

Orgullo nacional en el espacio

El lanzamiento del sac-d
Emoción en el despegue del satélite argentino Aquarius
Diagonales /  Los profesionales platenses que trabajaron en su construcción se juntaron para verlo

Emoción en el despegue del satélite argentino Aquarius
Tal como está instalado en el imaginario social, diez segundos antes del lanzamiento del cohete Delta II una voz en inglés inició la cuenta regresiva. Durante ese fragmento de tiempo los ojos de los más de 150 asistentes brillaron y el Aula Dr. Germán Fernández del primer piso de la Facultad de Ingeniería de La Plata enmudeció por completo. Cuando el conteo llegó a cero se produjo la explosión que impulsó a la nave hacia el espacio y la pantalla gigante que traía vía internet las imágenes del cohete desde una base militar de los Estados Unidos se volvió completamente blanca, ocupada por una nube de gases. Cuando el vapor se dispersó, el satélite ya no estaba: la NASA había lanzado al espacio el satélite argentino SAC-D Aquarius, construido por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y de la que participó un grupo de ingenieros de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), para medir la salinidad de los mares y hacer estudios del clima y el medioambiente. Los alumnos, profesores y vecinos estallaron en aplausos. Escenas similares se vivieron en la empresa estatal Invap de Bariloche y en la Casa Rosada. Eran las 11.20 y el aparato argentino con tecnología platense viajaba al espacio.

El lanzamiento fue realizado con éxito desde la Base Vanderberg de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, ubicada en Lompoc, California. Todo fue transmitido en vivo. Y la señal llegó a la facultad de 1 y 47 a través de tres conexiones de Internet: tres de la NASA y una de la CONAE. Allí, el Grupo de Investigación y Desarrollo en Comunicaciones Digitales (GrIDComD) que realizó los aportes de la UNLP al SAC-D, organizó todo para que desde dos horas antes todos pudieran seguir el despegue del Delta II que transportó el satélite hasta fuera de la atmósfera.

A través de la cámara de la CoNAE, se comunicó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner quien, desde la Casa de Gobierno, participó del lanzamiento del SAC-D Aquiarius y en video conferencia se comunicó con el Centro Espacial “Teófilo Tabanera” donde se encontraba Sandra Torrusio, investigadora principal del SAC-D, y con el canciller Héctor Timerman y el titular de la CONAE, Conrado Varotto, quienes participaban del lanzamiento en California.

Es que SAC-D Aquarius, que pertenece al Plan Nacional Espacial 2004-2015, es el más grande y complejo que se haya diseñado y construido en el país. Tiene el tamaño aproximado de un container y fue desarrollado por la CONAE en cooperación con la agencia norteamericana.
 El Aula y los pasillos del primer piso de Ingeniería estaban llenos de alumnos. Uno de ellos, Pedro Poch, de primer año, se estiraba para ver por encima de las cabezas de sus compañeros. “Siempre parece que vendemos nada más que soja y esto te da la pauta de que en lo científico también somos buenos produciendo”, analizó el estudiante.
EN ORBITA. El cohete Delta II llevaba 12 minutos de vuelo cuando Tulio Calderón, gerente de Proyectos Aeroespaciales de la empresa estatal Invap de Bariloche, donde se construyó el satélite, anunció: “Fue un despegue exitoso”.

Cuarenta y cinco minutos después el SAC-D se desprendió del lanzador y se vio su primera imagen ya en órbita. “¡Estamos volando!”, festejó el técnico.

El despegue fue seguido en La Plata por el director del GrIDComD, Gerardo Sager, y el equipo de trabajo del grupo, todos ingenieros electrónicos y docentes de la facultad, Hugo Lorente, Adrián Carlotto, José Juárez y Juan Ignacio Fernández Michelli.

De la UNLP intervinieron el Departamento de Electrotecnia y el Departamento de Aeronáutica a través del GrIDComD, el Laboratorio de Electrónica Industrial, Control e Instrumentación (LEICI) y el Grupo de Ensayos Mecánicos Aplicados (GEMA).

“Ponerlo en órbita es como tener un hijo. Son muchos años de trabajo. Yo que estoy adentro, que se supone que tendría que saber de esto, igual me maravillo. Es algo que cuesta. Es una emoción grande, son muchas noches sin dormir”, contó Lorente, ex director y el ingeniero más antiguo del grupo.
TECNOLOGÍA NACIONAL. El satélite argentino SAC-D Aquarius es un observatorio espacial para el océano, el clima y el medio ambiente, que combina tecnologías para la observación de la Tierra y puede aportar datos sobre el cambio climático.

La construcción del artefacto requirió una inversión de 320 millones de dólares. Tiene un peso de 1.400 kilogramos, 2,7 metros de diámetro, 7 metros de largo con la antena Aquarius desplegada, 1.443 watts de potencia y una velocidad en órbita de 28.000 kilómetros por hora. El aparato tiene ocho instrumentos y cinco de ellos fueron desarrollados en el país.

“El grupo (GrIDComD) que hizo el Data Collection Sistem (Sistema de recolección de datos) es un sistema muy parecido a uno francés que está en uso, pero este es nuestro. La idea es tener un receptor en el satélite para que cada vez que pase por arriba de un transmisor, que es muy chiquito, recoja los datos”, detalló Lorente. Y graficó: “El transmisor puede estar arriba de una tortuga, en un yaguareté o en un animal en extinción, entonces podemos estudiar parámetros ambientales”.

Por su parte, el ingeniero Sager resaltó: “Fue muy importante el trabajo realizado, ya que docentes y alumnos tuvieron la oportunidad de participar y ver luego de un año de trabajo, el lanzamiento del satélite junto a la comunidad”.
LAS MISIONES

Medir la salinidad y temperatura superficial del mar, velocidad de los vientos, concentración de hielos.
Proveer un mapa mundial de la salinidad superficial del mar.
Medir el efecto de la radiación cósmica sobre componentes electrónicos
Hacer perfiles atmosféricos de temperaturas
Identificar los puntos calientes en la superficie del suelo, para detectar riesgo de incendios
Realizar mediciones de humedad del suelo para prevenir  inundaciones y otras catástrofes.LOS NÚMEROS

320 m. de dólares requirió la inversión.
1.400 los kilos que pesa.
2.7 metros de diámetro.
7 metros de largo.
1.443 watts de potencia.
28.000 kilómetros por hora de velocidad.
657 la altura a la que orbitará.
14 las vueltas que dará a diario alrededor de la Tierra.
8 son los instrumentos con que cuenta el equipo.
5 los instrumentos construídos en el país.
2 los instrumentos construídos en la UNLP